David Feinberg, Presidente de Oracle Health
Los médicos no se dedicaron a la medicina para terminar pasando la mitad del tiempo registrando información en historias clínicas y realizando tareas administrativas. Estos héroes, a los que yo llamo "cuidadores", eligieron su profesión porque aman a sus comunidades y su propósito es cuidar y curar a las personas dando absolutamente lo mejor de su profesión. Sin embargo, algunas de las herramientas y recursos diseñados para ayudar a estos profesionales asistenciales a tratar a los pacientes pueden acabar por restarles tiempo y energía para responder a esta vocación.
La tecnología ha transformado muchos aspectos de nuestras vidas, desde la forma de comprar hasta la de realizar operaciones bancarias y comunicarnos. Entonces, ¿por qué no aprovechamos los últimos avances en tecnología para centrarnos en ofrecer atención asistencial a nuestros pacientes y reducir el tiempo que los profesionales dedican a tareas administrativas? ¿Por qué no utilizamos la tecnología más avanzada para garantizar que los pacientes (y sus cuidadores) tengan acceso a una historia clínica al completo?
En Oracle Cerner, estamos concibiendo nuevas formas de utilizar la tecnología para ayudar a las organizaciones de atención a la salud a prestar una atención más equitativa e impulsar la sostenibilidad operativa y financiera.
Después de pasar décadas atendiendo a pacientes, primero como médico y posteriormente como gestor de atención a la salud, estoy convencido de que la tecnología solo puede cumplir su propósito cuando utilizamos los datos y la información con el único fin de servir a las personas. Imagine a un médico que aconseja a un paciente diabético consumir alimentos más sanos y hacer ejercicio con regularidad y este paciente sigue acudiendo a su consulta con cifras de hiperglucemia constantes. El médico continúa recetándole medicamentos para controlar la enfermedad, sin ni siquiera saber que el paciente no puede comprar o no tiene acceso a adquirir productos frescos.
Es una situación que se repite en todos los Estados Unidos, pero en Geisinger, un sistema hospitalario que yo dirigía en la zona rural de Pensilvania, considerábamos que toda esta información social era tan relevante como podía serlo un medicamento. Empezamos a detectar la inseguridad alimentaria en pacientes con diabetes tipo 2 y documentamos los resultados en su historia clínica electrónica (HCE). De este modo, cuando un profesional asistencial consultara la historia clínica de un paciente con esta situación y viera estos datos, podría remitirlo a un programa gratuito para obtener alimentos saludables. Parece una solución aparentemente sencilla, pero en el nivel más básico y elemental, la atención a la salud consiste precisamente en hacer uso de la información adecuada en el momento correcto para poder atender debidamente a las personas.
Aunque la HCE no debe ser el único objetivo del campo de la innovación en atención a la salud, es sin duda un buen punto de partida. Las HCE almacenan los datos de los pacientes y los médicos las utilizan, entre otras cosas, para recetar medicamentos, realizar exploraciones, pruebas y análisis. Asimismo, ayudan a las organizaciones de atención a la salud a gestionar los procesos de facturación y pagos. Las HCE han cambiado la forma que tenemos de documentar, gestionar y monetizar la atención a la salud, pero ninguna de ellas realmente ha logrado hacer lo suficiente para reducir los costos o contribuir a que la atención a la salud sea más equitativa, eficaz o eficiente.
En parte, esto se debe a que, a pesar de que toda esta información está digitalizada, todavía no existe una historia clínica única, longitudinal o completa de un paciente donde se documente y se muestre de una forma segura cada una de sus visitas al médico, procedimientos o medicamentos. En un mundo tan complejo como el nuestro, ninguno de nosotros recibe atención sanitaria en un único lugar. Nos mudamos de ciudad, acudimos a distintos hospitales, clínicas, laboratorios, centros ambulatorios y farmacias. Todos estos datos están aislados en sistemas dispares que no se comunican entre sí, haciendo que los datos no fluyan de una manera fácil y segura entre sistemas.
Todo esto puede afectar a la atención asistencial que recibe una persona y pasa factura a quienes brindan estos cuidados. En la actualidad, los médicos pasan demasiadas horas introduciendo datos manualmente y el personal de los hospitales dedica demasiado tiempo a buscar recursos que no pueden localizar fácilmente en el sistema. A su vez, estos sistemas desarticulados también ponen freno a la innovación y a la investigación.
Imagine por un momento la existencia de una HCE muy fácil y cómoda de usar que reúna toda la información relevante y necesaria para ofrecer los mejores cuidados a nuestros pacientes. Imagine una herramienta que permita a los médicos y personal de enfermería conversar con un paciente mientras un dispositivo trabaja en segundo plano para registrar todas las partes destacables de la conversación. Este mismo sistema facilita a los profesionales recetar medicamentos y solicitar exámenes de seguimiento a través de un solo clic o mediante un comando de voz. También se conecta a un software inteligente que realiza un seguimiento de todos los aspectos del inventario de un hospital, de modo que los administradores conocen al instante la disponibilidad y ubicación de equipos de vital importancia o medicamentos que pueden salvar vidas.
Con la implantación de este nuevo sistema, los funcionarios de salud pública estarán mejor preparados para gestionar crisis, como las pandemias, y atender de forma proactiva a las poblaciones desatendidas gracias a la transmisión de datos en tiempo real. Mientras tanto, los investigadores tendrían acceso a datos sin precedentes, lo cual les ayudaría a encontrar y desarrollar nuevas curas o tratamientos con mayor rapidez. Esta visión de la atención a la salud es factible únicamente si ponemos todo nuestro empeño en ello.
Muchas empresas de atención a la salud y tecnología llevan tiempo trabajando para alcanzar esta realidad, pero esta próxima era de transformación digital de la salud requiere de un esfuerzo más amplio y colaborativo por nuestra parte. Es necesario aprovechar el poder que ofrecen las grandes infraestructuras, la experiencia técnica y las nuevas funcionalidades como la IA. Pero no solo se trata de que el sector de atención a la salud necesite más tecnología para poder funcionar. La tecnología, por su parte, también necesita empaparse de más conocimientos en materia de atención a la salud. Para transformar la atención a la salud a nivel global es necesario comprender en profundidad el funcionamiento de la misma; es decir, entender cómo deben fluir los datos de salud en función de los complejos flujos de trabajo y de las necesidades de información de los distintos profesionales asistenciales.
Aunque no será fácil hacer realidad esta visión, en el mundo en el que vivimos ya hemos alcanzado realmente un punto de inflexión. Ahora es el momento de pensar a lo grande y encontrar formas de aprovechar esta tecnología para transformar por completo nuestros flujos de trabajo, realizar mejoras en equidad en materia de salud, reducir el costo de la atención y facilitar los servicios asistenciales. Es necesario impulsar esta innovación y trabajar de forma conjunta para construir un sistema de atención a la salud que sea más abierto, interconectado y accesible, y esa es precisamente nuestra responsabilidad.
Los productos mostrados son ejemplos de lo que se ha proporcionado en casos específicos. Cada producto o dispositivo médico está diseñado para cumplir con las normativas de la geografía donde se utiliza. Sin embargo, no podemos garantizar su disponibilidad o cumplimiento en otras regiones específicas. Las adaptaciones locales pueden ser necesarias para satisfacer los requisitos regionales.